Después de montar el show en el CEI con una pantalla de 100 metros, en Miraveo nos entró el gusanillo de probar en casa. Y sí, lo hicimos. Porque cuando algo funciona a lo grande, hay que ver si también rompe en corto. Spoiler: rompe.
El búnker no es solo el plató donde se graba Gaña a túa aldea. Es nuestro laboratorio, el sitio donde se cuecen ideas, se prueban formatos y se juega con la tecnología. Aquí se trastea, se conecta y se reinventa.
¿La misión? Dominar la última tecnología, sea del tamaño que sea. Lo que antes hacíamos en 100 metros ahora lo comprimimos en distancias cortas, sin perder impacto ni estilo. Y sí, funciona. Funciona que flipas. No hace falta un pantallón para dejar huella, hace falta intención y cabeza.
Para marcas, creadores o mentes inquietas que buscan algo más que un foco y un fondo verde. En el búnker ya está todo listo. Y nosotros también.